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domingo, 19 de julio de 2015

Sol de mi vida

Solsticio eterno de mi vida
haces del mar oro fundido,
o del cielo el mar muerto.

Con una palabra
destruyes y armas
el destino de mis días,

pero si te eclipsas
En tus lágrimas me vierto
en el Aqueronte navego.

¡Ay viejo barquero,
no se ya cuántas monedas te debo
por no poder hacer a mi sol brillar!

Pero aunque caiga, no lo puedo odiar,
Su fuego me dice cuanto me ama
En sus ojos lo puedo contemplar.


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